¿Te suena este tipo de conversación?
“Entrenador, cuando hago las zancadas, noto molestias en las rodillas”.
“He intentado hacer las flexiones, pero me molesta la zona lumbar”
“Noto que cuando llevo 20 minutos de carrera, mi planta del pie empieza a cargarse excesivamente”
Da igual a qué tipo de cliente te dirijas. Una molestia entrenando es algo normal y natural que puede presentarse al sobrecargar un músculo o una articulación.
Pero eso ya lo sabes.
No estás hoy aquí para que te digamos que esa molestia puede ser algo normal. Hoy estamos aquí para que descubras cuál es la estrategia óptima cuando un cliente te presenta una objeción como las que te hemos presentado arriba.
Pero antes, vamos a contextualizar un poco.
¿Por qué puede presentar dolor una persona?
El dolor es algo muy complejo sobre lo que no vamos a entrar a hablar hoy en profundidad (necesitaríamos más de una entrada de blog y varias horas de lectura para entenderlo).
Básicamente, tienes que tener 3 cosas claras:
- El dolor es un mecanismo de protección del cerebro (provoca dolor para evitar males mayores).
- El dolor que un cliente percibe está influenciado por muchísimos factores: Sus experiencias previas, nivel de tolerancia al dolor, sexo, edad, tipo de alimentación, factores hormonales, estrés, descanso…
- Cuando un cliente manifieste que tiene molestias o dolores en un ejercicio, no debes dejarlo pasar. No porque vaya a provocar ninguna lesión grave, sino porque se asocia el dolor a ese movimiento o incluso al ejercicio.
Y si tu cliente asocia ejercicio con dolor, estás perdido.
¿Cómo solucionar las molestias durante un ejercicio en el entrenamiento online?
Tienes varias opciones para conseguir esto:
Reducir la carga con la que se hace el ejercicio
Puede ser que la carga (peso o velocidad) con la que se está haciendo ese ejercicio sea excesiva para tu cliente.
Si la carga supera el umbral de tolerancia del tejido, ya sabes lo que ocurre. Por lo tanto, es muy importante que tras una evaluación y un seguimiento con tu cliente, vayas indicándole cómo hacer las progresiones en los ejercicios y qué peso debería usar.
Aquí tienes un ejemplo:
Alumno: “Entrenador, me molesta la zona lumbar al hacer el ejercicio de peso muerto con 25kg”
Entrenador: “Vale Pepe, prueba el próximo día a hacer el ejercicio con 20kg. Si no te molesta, sigues con ese peso. Si te molesta baja a 15kg y me informas al terminar la sesión”.
Reducir el Rango de Movimiento de ese ejercicio
También puede ocurrir que aunque la carga sea baja, el movimiento moleste si se hace con un rango de movimiento para el que el cliente no está preparado.
Esto suele ocurrir cuando existe una falta en la movilidad de la persona.
Por ejemplo, si Pepe (alumno del ejemplo anterior) no tiene la movilidad de tobillo necesaria para hacer una sentadilla profunda y aun así intenta hacerla, su cuerpo compensará provocando:
- Valgo de rodilla
- Elevación de talones
- Excesiva inclinación de tronco
Provocando un estrés excesivo en otras estructuras (como la zona lumbar o las rodillas).
Si te ocurre eso, puedes poner en práctica esto:
Alumno: “Entrenador, cuando bajo mucho en la sentadilla noto molestias en la cadera”
Entrenador: “Vale Pepe, vamos a hacer una cosa: la próxima vez, prueba a ponerte una silla o un banco detrás para limitar el recorrido. Si lo haces así y no te duele, vas a trabajar de momento con esa progresión”.
Alumno: “Me parece bien. ¿Y si aún así me molesta?
Entrenador: “Me lo dices, dejas de hacer el ejercicio y probamos otra variante con la que no notes ninguna molestia. No te preocupes por ello.”
Modificar el número de repeticiones
Otra forma con la que se puede exceder la resistencia de un tejido es haciendo más repeticiones de las que puede tolerar.
Esto suele ocurrir ante trabajos aeróbicos o circuitos metabólicos donde, hacer una única repetición de un burpee (por poner un ejercicio) no provoca ninguna consecuencia, pero cuando se repite 30-40 veces, puede provocar molestias.
Antes de que esto ocurra puedes evitarlo modificando el número de repeticiones de los ejercicios que sean más complejos a nivel técnico o donde sepas que hay más posibilidades de cometer un error cuando el ejercicio requiera mucha coordinación y control.
Por ejemplo:
Entrenador: “Pepe, en este circuito tienes un ejercicio llamado Burpee. Es un ejercicio complejo a nivel técnico por lo que quiero que no te pases de repeticiones. Prefiero que hagas 10 repeticiones bien que 30 mal. Si te molesta, me escribes para ver qué ocurre”
¿Cómo puedes asegurarte de que tu cliente está haciendo bien el ejercicio?
Claro, has visto las 3 formas más comunes por las que un ejercicio puede molestar y cómo resolverlas, pero claramente, si la técnica no es correcta, lo normal es que el ejercicio duela.
Para asegurarte de que el ejercicio se hace correctamente, deberías pedirle a tu cliente un vídeo de todos aquellos ejercicios que tú consideres importantes de ver.
Para enseñar a tu cliente como grabar buenos videos, te recomendamos que le eches un vistazo a esta otra entrada en el blog:
Esperamos que este contenido te haya sido de utilidad.
Gracias por leernos una vez más.
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