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Cómo Mejorar Tus Habilidades Comunicativas Como Entrenador Personal Para Influir Positivamente En Tus Clientes

blog fidelizar clientes servicio y renovaciones Mar 25, 2024
UNAI ARRIETA

En el mundo del entrenamiento personal, la excelencia no solo se mide por la capacidad de diseñar e implementar programas de ejercicio efectivos. Va más allá, adentrándose en la profundidad de las relaciones interpersonales y la fortaleza mental del entrenador. Aunque pueda parecer obvio, el dominio de las habilidades interpersonales y la autorregulación emocional son pilares fundamentales que a menudo se pasan por alto.

 

Este artículo profundiza en la importancia de estas habilidades y ofrece estrategias para mejorarlas, elevando la calidad del servicio que ofrecemos a nuestros clientes.

 

¿Preparado? ¡Vamos a ello!

 


 

Tabla de Contenidos

  1. La Necesidad de Automejora para Entrenadores
  2. Objetivos Primordiales de la Relación Entrenador-Cliente
  3. Evaluación de Habilidades Interpersonales
  4. Mejora tu Comunicación e influye positivamenteen tus clientes

 


 

1. La Necesidad de Automejora para Entrenadores

 

 

Para poder rendir bien en las sesiones de entrenamiento personal, el entrenador debe dominar habilidades interpersonales básicas y ser capaz de encontrarse en las mejores condiciones mentales.

 

Es algo que resulta obvio, pero no por eso se debe infravalorar pensando que sucederá sin hacer nada.

 

Realizar entrenamientos personales conlleva un enorme sobreesfuerzo atencional, emocional y de relación interpersonal eficaz, por lo que conducir con acierto requiere frescura, habilidad y agilidad mental.

 

Sin embargo, al igual que sucede con otros profesionales, muchos entrenadores se preocupan por desarrollar las habilidades para trabajar con sus clientes, pero olvidan crecer en el trabajo con ellos mismos para ser más eficientes.

 

Por muchos conocimientos y técnicas de entrenamiento que domine, el entrenador que no es capaz de autorregular su propio funcionamiento está condenado a ofrecer un servicio de baja calidad. 

 

Para realizar su cometido, el entrenador debe disponer de una serie de habilidades interpersonales que le permitan establecer y mantener una buena relación con los clientes. Sin esta base, el entrenamiento personal es inviable.

 

Una relación efectiva entrenador-cliente se cimienta en habilidades interpersonales robustas. Desde la detección del estado psicológico del cliente hasta la comunicación asertiva, estas habilidades son vitales para crear un entorno de confianza y comprensión.

 

Después, la relación dependerá también del buen uso de otras habilidades que forman parte de la técnica específica del entrenamiento personal. Pero en primer lugar, los que quieran ser buenos entrenadores personales, deben esforzarse por optimizar sus habilidades interpersonales básicas.

 

En algunos casos, estas ya están suficientemente desarrolladas; en otros, es necesario mejorarlas. 

 

 

2. Objetivos Primordiales de la Relación Entrenador-Cliente

 

 

El primer objetivo del entrenador personal es que el cliente se sienta cómodo en la relación interpersonal.

 

El segundo, que se sienta respetado y comprendido.

 

El tercero, que perciba que el entrenador le puede ayudar.

 

Estos objetivos se deben conseguir lo antes posible y alimentarse durante todo el proceso. Además, el entrenador debe estar preparado para manejar adecuadamente situaciones críticas en su relación con el cliente (imprevistos, conflictos, emociones adversas, etc.).

 

Para conseguir estos objetivos, son imprescindibles habilidades interpersonales que ayuden al entrenador, por un lado, detectar el estado psicológico y las necesidades del cliente; por otro, a transmitir las señales y mensajes que resulten más apropiados.

 

Por ejemplo, es importante que el entrenador desarrolle la habilidad de detectar expresiones faciales, gestos corporales y tonos de voz del cliente que le den pistas sobre cómo se siente o cómo interpreta una determinada situación. También, que disponga de habilidades para propiciar la empatía, conseguir que el cliente se abra. 

  

 

3. Evaluación de Habilidades Interpersonales 

 

Mediante herramientas de autoevaluación, los entrenadores pueden reflexionar sobre sus habilidades comunicativas, identificando áreas de fortaleza y oportunidades de mejora.

 

La siguiente tabla incluye un sencillo instrumento para que el entrenador reflexione sobre sus habilidades interpersonales cuando escucha y cuando habla. El ejercicio consiste en realizar una valoración global de sus fortalezas y sus debilidades, y pensar después cómo podría utilizar tales fortalezas y paliar esos puntos débiles. 

 

Gran parte de estas habilidades son no verbales: las posturas y expresiones corporales, los gestos, el contacto visual, la sonrisa…

 

También tienen relevancia las habilidades paralingüísticas: es decir, los componentes de la comunicación verbal que tienen que ver con la forma (no el contenido): la vocalización/pronunciación, la velocidad, el volumen, el tono, el ritmo y los silencios.

 

Otras son habilidades verbales que se refieren a la utilización de los contenidos apropiados a cada situación. En la conversación entre el entrenador y el cliente, muchos de estos contenidos forman parte de la propia técnica de entrevista (basado en coaching), pero de manera paralela y complementaria a esa conversación, hay bastantes ocasiones de interacción verbal entre ambos actores en las que el entrenador debe mostrar un nivel elevado de habilidad interpersonal.

 

Ser un buen entrenador va más allá de la mera transmisión de conocimientos técnicos; implica una comunicación empática y respetuosa. Aquellos entrenadores cuyas interacciones se caracterizan por comentarios desafortunados o inapropiados, un enfoque egocéntrico en las conversaciones, o tendencias a hablar de temas irrelevantes para el cliente, dificultan significativamente la posibilidad de establecer una relación constructiva. Además, el uso de comentarios que puedan ser interpretados como ridiculizantes, despreciativos, minimizadores, vergonzosos, ofensivos o incómodos, junto con un mal manejo del humor y la ironía, contribuyen a crear un ambiente de comunicación poco saludable. La defensividad excesiva y las disculpas innecesarias también son contraproducentes.

 

Por ello, es esencial llevar a cabo una reflexión profunda sobre estas actitudes y, de ser necesario, emprender acciones correctivas. Mejorar en estos aspectos es crucial para el desarrollo profesional y la efectividad como entrenador personal, subrayando la importancia de una comunicación consciente y considerada.

 

La siguiente tabla incluye un pequeño cuestionario para autoevaluar posibles déficits verbales como los que aquí se señalan. 

 

4. Mejora tu Comunicación e influye positivamente en tus clientes

 

Antes de sumergirnos en las habilidades cruciales de escucha y asertividad, es vital reconocer el impacto que una comunicación efectiva tiene en la relación entre entrenadores personales (o nutricionistas) y sus clientes. Comunicar de manera eficaz no solo implica transmitir información de forma clara, sino también crear un espacio de entendimiento mutuo y confianza. Este enfoque no solo mejora la receptividad y el compromiso de tus clientes sino que también los empodera hacia la consecución de sus metas de salud y fitness. La excelencia en la comunicación convierte al asesor en un verdadero catalizador de cambio, fomentando un entorno donde el cliente se siente escuchado, comprendido y motivado a superar sus desafíos.

 

  • Saber Escuchar.   

 

Saber escuchar es una cualidad fundamental que reúne diversas habilidades, la mayoría no verbales: establecer el adecuado contacto visual; asentir con naturalidad y oportunidad; utilizar posturas, gestos y sonidos que muestren al que está hablando que se le escucha y se le entiende; y respetar los silencios del interlocutor sin querer intervenir en cuanto se calla. También conlleva algunas habilidades verbales y paralingüísticas, ya que cuando el que escucha toma la palabra, los contenidos de sus mensajes y la forma de transmitirlos constituyen un feedback muy importante. Una persona que domina estas habilidades y, por tanto, sabe escuchar, tiene mucho ganado para ser un buen entrenador personal.

 

  • Ser asertivo.


Otra habilidad de mucho valor es saber ser asertivo. Una persona asertiva es aquella que, en situaciones de conflicto con su interlocutor, dice lo que piensa o siente, defiende su posición y sus puntos de vista o actúa como cree que debería hacerlo en base a sus principios, valores, conocimientos o experiencias. Las dos alternativas al comportamiento asertivo son los comportamientos no asertivo o pasivo y agresivo. En el primer caso, la persona se inhibe (no asertivo o pasivo). En el segundo, actúa con agresividad verbal/o no verbal. La habilidad no consiste en ser siempre asertivo, sino saber entender y aplicar el grado de asertividad que demanda cada situación y persona. Inhibirse, o actuar con cierta agresividad, puede ser lo más apropiado en ciertos casos. Ahora bien, el que domina esta habilidad actuará así cuando sea lo más adecuado, no por falta de habilidad para ser asertivo.

 

El concepto de asertividad progresiva es importante. Cuando no es apropiado inhibirse, se empieza actuando con una asertividad mínima y, si no es suficiente, la dosis aumenta progresivamente hasta poder llegar a traspasar el límite de la asertividad y alcanzar una cierta agresividad. 

 

Un ejercicio interesante consiste en reflexionar sobre las situaciones en las que se podría actuar con asertividad progresiva y planificar cómo hacerlo. Para eso, el entrenador personal puede utilizar un instrumento como el que incluye en la siguiente tabla. En la primera columna, el entrenador enumera las situaciones que considera relevantes. Después, en las tres columnas siguientes, reflexiona sobre cómo podría actuar la primera, segunda y tercera vez que tales situaciones se presentan.

 

 

 

En Conclusión

 

El éxito en el entrenamiento personal trasciende la mera transmisión de conocimientos sobre ejercicio y nutrición. Requiere de un entrenador que sea emocionalmente inteligente, comunicativamente hábil y personalmente comprometido con su propio desarrollo. Al enfocarnos en mejorar nuestras habilidades interpersonales y nuestra capacidad de autorregulación, no solo elevamos nuestro servicio, sino que también enriquecemos la experiencia y los resultados de nuestros clientes. Este viaje hacia la mejora continua es, sin duda, un compromiso que transforma vidas, incluida la nuestra.

  

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